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El caso de Elisa Loncón no es como te lo están contando, y te explico el porqué

Como muchos de ustedes sabrán, pues es una noticia que actualmente inunda medios de comunicación y redes sociales, una periodista del diario El Mercurio solicitó a la Universidad de Santiago de Chile (USACH) “conocer las actividades académicas que ha desarrollado la señora Elisa Loncón durante los últimos 5 años (2018-2022) como académica de la Universidad de Santiago, indicando si ha realizado cursos de pregrado o postgrado, de cuántas horas, así como el detalle de la publicación de papers o estudios publicados por la Universidad o en el marco de su actividad docente o de investigación”.

Además pide que, “De haber realizado cursos, se solicita una lista con nombre del curso, Facultad, año y cantidad de horas” a fin de, aparentemente, realizar una evaluación periodística sobre si Elisa Loncón Antileo merecía o no un beneficio llamado de “año sabático” que concede la USACH a los académicos que reúnen ciertos requisitos de jerarquía y antigüedad.

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ChileCompra pide a sus usuarios cometer perjurio

Como el lector sabe, ChileCompra es un servicio público que gestiona la plataforma informática MercadoPúblico a través de la cual el Estado compra a los distintos proveedores de productos y servicios del país los insumos necesarios para el funcionamiento de los servicios públicos, lo que incluye a las Universidades estatales.

Y, en otra perspectiva de la realidad, también sabe que el perjurio es la declaración falsa o engañosa que se hace bajo juramento, y que se realiza a sabiendas de su falsedad, para obtener algún beneficio. En determinados supuestos, es un delito que se castiga con cárcel.

¿Cómo es que han llegado a coincidir dos cuestiones tan distintas?. Leer más

Captura masiva de datos personales por Subtel y su aprobación por el Consejo para la Transparencia

Lo primero que me gustaría que el lector tuviera presente es que en junio de 2018 se modificó nuestra Carta Magna para establecer que, a partir de ese momento, la Constitución Política asegura a todas las personas el derecho a la protección de datos personales, que cobra el carácter de fundamental.

¿Por qué tuvo que ser protegido de esa manera? Porque debido al desarrollo de las tecnologías de la información, crecientemente las personas estaban siendo víctimas de abusos: “alguien” creía saber “algo” de ellas, y tomaba una decisión a su respecto; no se sabía de qué información se trataba, ni quien tomaba las decisiones, pero los duros hechos revelaban que, arbitrariamente, a las personas se les despedía de sus trabajos, se les negaban créditos, las ISAPRES alegaban “preexistencias” imaginarias y un largo listado de sinsabores. Leer más